Los principios fundamentales de la sostenibilidad en la vida cotidiana
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Todos tenemos la responsabilidad de vivir de forma sostenible, proteger el medio ambiente y mantener la equidad entre las generaciones. Nuestro objetivo es preservar los recursos de la Tierra, reducir al mínimo los impactos negativos en el entorno y tomar decisiones responsables en nuestra vida diaria.
La comunidad política global ha establecido objetivos claros para frenar el cambio climático. Sin embargo, cada persona también puede contribuir a proteger el planeta. Para la Semana de la Sostenibilidad de este año, hemos recopilado algunos consejos prácticos para tu día a día
Reducir el consumo de energía y las emisiones
Realizar algunas acciones básicas en nuestra vida cotidiana puede tener un impacto positivo en el medio ambiente. Por ejemplo, para ser más sostenibles, podemos apagar los dispositivos electrónicos cuando no los estamos utilizando, sustituir las bombillas convencionales por unas LED de bajo consumo y aprovechar la luz natural siempre que sea posible. Utilizar electrodomésticos de alta eficiencia energética y ajustar adecuadamente los termostatos son medidas que contribuyen al ahorro de energía y a la reducción de las emisiones de carbono
Optar por medios de transporte alternativos como la bicicleta, el transporte público o el uso compartido de automóviles puede contribuir a reducir nuestra huella de carbono. Si tenemos un automóvil, dejarlo estacionado siempre que sea posible o considerar cambiar a un vehículo eléctrico o híbrido son opciones para tener en cuenta.
Reducir los residuos y reciclar
La separación de residuos y el reciclaje son pasos importantes para reducir la cantidad de desperdicios que van a parar a los vertederos. Debemos separar adecuadamente nuestros residuos y colocar los materiales reciclables, como papel, vidrio y plástico, en los sistemas de reciclaje para que puedan ser reutilizados. Siempre es recomendable tratar de evitar generar residuos en primer lugar, dando preferencia a productos reutilizables y considerando el compostaje como opción.
Vivir sin plástico
El plástico es un material sintético que no se degrada y permanece en el medio ambiente de manera indefinida. Más del 40 por ciento de la superficie oceánica mundial está cubierta por islas flotantes de basura. El daño a la naturaleza y la biodiversidad es alarmante. Las aves, focas, tortugas y peces se ven afectados por la ingestión de desechos de plástico, lo que puede tener consecuencias perjudiciales para su salud y bienestar. Además, la producción de plástico utiliza recursos no renovables como el petróleo y el gas natural, los cuales tienen un impacto ambiental negativo. Es importante tomar conciencia de estas problemáticas y buscar alternativas sostenibles para reducir el uso de plástico y proteger la vida marina.
Para reducir el consumo global de plástico, podemos tomar llevar a cabo pequeñas acciones. Llevar nuestra propia bolsa de compras, evitar productos con exceso de embalaje y optar por aquellos que contienen o utilizan materiales reciclados. Incluso ese café para llevar sabe mejor cuando utilizas tu propia taza. Existen alternativas hechas de materiales como vidrio, bambú o acero inoxidable que pueden ser reutilizadas.
Ahorrar agua
La creciente población mundial demanda cada vez más agua. En medio de sequías y patrones climáticos impredecibles, el agua se ha vuelto un recurso valioso. Incluso en Europa, se practica la conservación del agua en nuestra vida cotidiana.
Tomar duchas cortas en lugar de baños largos, cerrar el grifo mientras nos enjabonamos las manos o utilizar agua de lluvia para regar el jardín son solo algunas de las formas en las que podemos ahorrar agua. Si se quiere ir un paso más allá, es importante reparar de inmediato las cisternas que gotean e instalar electrodomésticos que ahorren agua. En la arquitectura del paisaje actual, los profesionales apuestan por la "xerojardinería", una forma de jardinería que conserva los recursos hídricos.
Esta práctica implica seleccionar plantas grandes que sean tolerantes a la sequía y puedan proporcionar sombra a los lechos inferiores con sus hojas. El compost mezclado bajo el suelo mejora la capacidad del suelo para absorber y retener nutrientes. El riego de los espacios verdes se realiza siempre en la mañana o en la tarde para que la humedad no se evapore con el sol.
Optar por energía verde
La elección de energía verde nunca ha sido tan amplia. Presta atención a los certificados de tu proveedor de energía eléctrica. Cuando tengas la opción de elegir energía verde, elige una tarifa que esté respaldada al menos en un 50% por energía renovable. En muchos casos, cambiar a energía solar es aún mejor para lograr la máxima independencia energética y ahorrar más.
Con sistemas fotovoltaicos y almacenamiento de energía, los hogares actuales pueden cubrir hasta el 75% de sus necesidades energéticas con electricidad limpia. Esto es una contribución valiosa a la transición energética, ya que a medida que más hogares adoptan energías renovables, los combustibles fósiles se vuelven cada vez más obsoletos.
A través de las centrales eléctricas descentralizadas como el sonnen VPP, los propietarios de sistemas solares y sistemas de almacenamiento de energía pueden hacer algo muy positivo para la sociedad en su conjunto. Al absorber o inyectar electricidad a la red, se logra estabilizar la red eléctrica en todo el país, evitando cortes de energía y permitiendo que la energía verde beneficie a todos.
Comprar productos locales y regionales
Optar por productos locales y regionales se traduce en una disminución de las emisiones de CO2 debido a las distancias de transporte más cortas y, además, contribuye significativamente a la protección del clima.
Al optar por comprar productos locales, apoyamos la industria agrícola local y nos concienciamos sobre cómo y dónde se producen los productos que consumimos. Además, las tiendas locales agradecen nuestro apoyo y suelen ofrecer un servicio mucho mejor que los proveedores online.
Comprar productos locales también implica tener acceso a alimentos de temporada, lo que reduce la necesidad de almacenamiento y transporte de productos frescos. Como resultado, podemos disfrutar de una dieta variada y en sintonía con las estaciones del año, al tiempo que respaldamos el trabajo de los productores locales. Comprar local no ofrece mayor independencia, menos emisiones de gases de efecto invernadero y una mejor calidad de los productos, sino que también ofrece numerosos beneficios para las personas y el medio ambiente.
Proteger a las abejas
Es difícil de creer, pero según los expertos, un tercio de la producción mundial de alimentos depende de las abejas. Esto significa que alrededor del 30% de nuestra alimentación, especialmente frutas y verduras, se debe al incansable trabajo de estas pequeñas abejas.
Por tanto, es aún más alarmante que las condiciones de vida de las abejas silvestres sean cada vez más difíciles. El uso de pesticidas, la fertilización excesiva y la eliminación de paisajes con setos y flores silvestres están teniendo un impacto negativo en estos insectos tan valiosos.
Entonces, ¿qué se puede hacer al respecto? Una forma sencilla y bonita de apoyar a las abejas es crear un jardín o balcón amigable para ellas. Incluso áreas pequeñas pueden proporcionar refugio y alimento para las abejas. Cuanta más diversidad de plantas haya, mejor, ya que así se les ofrecerá algo a cada una de las más de 500 especies de abejas silvestres.
Si hay suficiente espacio, también se puede instalar un refugio para insectos hecho con materiales naturales. En un lugar soleado, pero protegido del clima, las abejas agradecidas pronto harán sus nidos en su nuevo refugio.
Piensa primero, luego compra algo nuevo.
Desde hace décadas, se ha hablado de una "sociedad de usar y tirar" en los países industrializados. Lamentablemente, esto es cierto, ya que nuestra producción de residuos nunca ha sido tan alta.
El lema "Reducir, Reutilizar, Reciclar" puede sonar antiguo, pero sigue siendo muy relevante en el contexto de los grandes volúmenes de residuos que se transportan por todo el mundo.
Es fundamental desarrollar una nueva conciencia sobre la calidad de los productos y cuestionar constantemente nuestros hábitos de consumo para frenar la tendencia de desechar cosas. Después de todo, cada producto, ya sea en su producción o transporte, deja una huella de carbono en el medio ambiente.
Antes de cada compra, debes preguntarte: ¿Realmente necesito esto? ¿No puedo reparar lo que ya tengo? Y si necesito algo nuevo, ¿no hay una buena alternativa de segunda mano?
Compartir conocimientos e involucrarse
La educación y la toma de conciencia son elementos clave para impulsar la sostenibilidad. Al compartir tus conocimientos con otros y apoyar iniciativas que promuevan la protección del medio ambiente, generamos un impacto positivo en nuestro entorno. El poder de la comunidad no se limita únicamente a la sonnenCommunity. Las enérgicas protestas de grupos activistas como Fridays for Future o Greenpeace también han generado debates públicos durante años, que se reflejan en decisiones políticas y leyes.