En 2030, solo se podrán vender o alquilar las viviendas sostenibles
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Comprar o alquilar una vivienda en España tendrá en los próximos años una exigencia clave: un certificado energético obligatorio a partir de 2030. Según la nueva Directiva Europea sobre Eficiencia Energética, desde el 1 de enero de 2030 todos los inmuebles que se quieran vender o alquilar deberán contar con una etiqueta energética mínima de E, y esta exigencia subirá a D en 2033 (una vivienda D consume un 50% menos que una E).
El objetivo es claro: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del sector de la construcción, responsable de más del 35% del total en la Unión Europea, y avanzar hacia un parque edificatorio sostenible.
¿Qué cambia exactamente para los propietarios con el certificado energético?
Hasta ahora, disponer del certificado energético para vender o alquilar era suficiente, aunque la vivienda tuviera una calificación G, la más baja. Con la nueva normativa europea, esto deja de ser válido: si el inmueble no alcanza la letra exigida (E en 2030 y D en 2033), no podrá formalizarse legalmente su venta o alquiler. Las sanciones por incumplimiento podrían alcanzar los 60.000 euros.
Un desafío para la eficiencia energética de las viviendas en España
El problema es especialmente crítico en España por el envejecido parque inmobiliario. Según la Federación Nacional de Asociaciones Inmobiliarias (FAI):
- El 41,38% de las viviendas tiene entre 30 y 49 años.
- El 29,6% tiene entre 50 y 69 años.
- Casi un 30% supera los 70 años.
Esto significa que el 85% de los edificios necesitarán reformas para cumplir con los nuevos estándares de eficiencia energética en viviendas.
¿Qué reformas serán necesarias para mejorar la etiqueta energética?
Para alcanzar la calificación mínima obligatoria (E), muchos propietarios tendrán que acometer actuaciones como:
- Mejorar el aislamiento térmico de fachadas, cubiertas y ventanas.
- Sustituir sistemas antiguos de calefacción y refrigeración por equipos eficientes.
- Incorporar energías renovables, como la fotovoltaica, con su respectiva integración de baterías de almacenamiento eléctrico.
Optimizar iluminación y automatización para reducir consumos.
Aunque suponga un esfuerzo económico, mejorar la etiqueta energética de la vivienda ofrece beneficios claros:
- Una vivienda eficiente puede revalorizarse hasta un 10% en el mercado.
- Disminuyen notablemente los gastos de luz y climatización.
Ayudas disponibles y cómo gestionarlas
Tanto el Gobierno español como la Unión Europea están impulsando programas como los Fondos Next Generation, destinados a costear parte de estas mejoras y facilitar que los propietarios puedan adaptarse sin asumir toda la carga económica.
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